domingo, 5 de julio de 2009

Una larga crónica electoral de media hora

O creo que menos. Incluso pudo haber sido de 10 minutos si el wei que tenía que presentarse se hubiera presentado. Pero no me adelanto. Comencemos. Ésta era una suplente tercera de segunda casilla (contigua) que durmió muy mal por culpa de la tos. Levantóse a las siete de la mañana, aunque en realidad estaba despierta desde las seis arrojando... no, no diré. En fin, estaba adolorida, fastidiada pero lista para salir. Bueno, ya, dejaré la tercera persona, pues. El chiste es que la casilla sería instalada en un kínder. Oh sí, nada dice deber y responsabilidad demócrata-ciudadana como un kínder pintado de colores chillones y con monotes mal dibujados de películas de Disney. TOTAL, que no llegaba el responsable. CUATRO cuéntenlas CUATRO casillas debían ser armadas, una primaria loca, luna primaria federal, una secundaria local y una secundaria federa. Cada una con su respectivo presidente, secretario y escrutador ADEMÁS de tres suplentes. Todos en la calle, bien gracias, y ¿los niños? ¿El periquito? ¿Bien también? ¡Qué gusto!

Mientras tanto, todos platicando agustito. La mayoría haciendo preguntas muy idiotas acerca de porqué había tantos funcionarios. Lo cual quedaba explicado en el cuadernillo Y en la capacitación. Todos traían su cuadernillo a la mano. No lo leyeron, ¡pero qué tal lo traían! Sólo uno de los presidentes sabía y se tuvo que cansar de explicar porque había 24 personas y no las 3 que cada uno esperaba. El representante del IFE estaba llamando desesperadamente a todos los teléfonos que se le ocurría, tratando de localizar al responsable del kínder, explicando a sus superiores porqué no estaban las casillas listas, y demostrando que no sabe contar. Repito, éramos 24 personas, tres titulares y tres suplentes por casilla, es decir, seis por casilla, siendo cuatro casillas, son 24 personas. A ésto, súmesele la discreta cantidad de acompañantes, no pasábamos de 30 personas. El representante, por teléfono, gritaba a algún compañero o superior que "SOMOS SESENTA PERSONAS Y LAS SESENTA ESTAMOS EN LA CALLE PORQUE EL RESPONSABLE DEL KINDER NO LLEGA" Después tuvo que disculparse con los presidentes de casilla, diciendo que el señor dio su consentimiento "Nos dijo que no había problema" a lo que uno de los presidentes de casilla (mi héroe del día por varias razones) respondió "PORSUPUESTO QUE POR ÉL NO HAY PROBLEMA si el esta muy contento en su camita. Nosotros de idiotas tenemos el problema. Él no" Los que estábamos cerca reímos a gusto. El representante del IFE rió nerviosamente "son imprevistos, ¿sabe? en otra casilla de este distrito murió hace unas horas el presidente" a lo que mi héroe respondió "AH YA VEO, ¡éste es un trabajo de alto riesgo! yo prefiero irme entonces, llamen al suplente, no me quiero arriesgar" "no, no señor, fue un ataque cardiaco" "¿Ve? ¡El estrés electoral! Mejor me voy" "No, no, eso esta sólo en la mente, cálmese, señor presidente" "BUENO pero en el momento en que sienta que se me sube la bilirrubina, ¡ME LES VOY... a mi casa!" "Señor, verdaderamente no hay necesidad" Todo esto acompañado de risitas de los que rodeábamos a la improvisada pareja cómica. Después de unos minutos, cuando el señor presidente se hubo cansado de bromear, admitió que no estaba hablando en serio y que por supuesto se quedaría a cumplir con su deber.

Otro de los presidentes de casilla decidió que iba a abrir su casilla EN LA CALLE, DE SER NECESARIO, PERO A LAS OCHO TODO ESTARIA LISTO. Dios no. Que ocurrencia la suya, ¿eh? La secretaria y la escrutadora gritaron. ¡GRITARON, LITERALMENTE! Gritaron que el IFE no permite casillas en la calle, que por fuerza se tiene que adaptar un local, que había que tocar puertas, despertar vecinos, hacer que alguien prestara una casa porque ¿CÓMO EN LA CALLE? ¿QUE SON QUESADILLERAS O PUTAS O QUÉ? (éso último no lo dijeron, pero de seguro lo pensaron), se le preguntó a la representante del IFE y ella respondió que SÍ SE PUEDE EN LA CALLE, si el local original no esta disponible. Las señoritas secretaria y escrutadora tuvieron que guardar silencio. No por mucho, el responsable del kínder llego a las 8:05 aproximadamente, cuando la casilla debía estar ya lista e inaugurada a las 8:00 A MAS TARDAR. ¡Viva la puntualidad mexicana!

Debieron ser removidos los juegos infantiles para hacer lugar para las mesas, las urnas, las sillas, etcétera, brindando un pintoresco espectáculo a media calle. La hija del responsable del kínder, una chiquilla de ocho años aproximadamente, que originalmente llego con cara de muy pocos amigos, estaba fascinada jugando a media calle en resbaladillas y similares. Una vez despejado el local, se procedió a ver quien era responsable de qué casilla. La de una servidora fue la que no les importa, por cierto, en la cual tanto titulares como suplentes presentárnose todos a buena hora. Se me agradeció mi civismo, mi responsabilidad, mi presencia y se me instruyó a que me fuera a mi casita o a donde mi gana me dictara, ya que todos los responsables se quedarían toda la jornada para vigilar las elecciones. Y ahora que soy libre con todas las de la ley, me largo a acabar de dormir. ¡Buenas!

2 comentarios:

  1. Vaya... aquí yo también voté en un kinder, y había un arenero! *-*! XD yo siempre estuve enojada porque quería que mejor llenaran el arenero con agua... es más mejor tener una alberca que puta arena! SEGUN YO VDD xDDD
    y pues definitivamente.... qué bueno que no te tocó estar todo el día, pero sí que son locas las personas cuando las cosas se salen de control... xDDDD definitivamente cada cabeza es un mundo, eso de despertar vecinos qué raro, más fácil hubiera resultado la calle aunque fueran putas, chance y así invitaban a deserta el abstencionismo electoral! XD

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  2. XDDDD es que no viste que caras tenían... lo cagadísimo es que era un kinder chiquitito que es mas bien una casa adaptada y A DIEZ METROS HAY UNA SUPER PRIMARIOTA GIGANTOTA que a nadie se el ocurrio usar en lugar del inche kinder

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